martes, 1 de marzo de 2022

La Complutense se suma al Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

 Para celebrar el 14 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la UCM desarrolla una serie de actividades que ponen en relevancia el papel de las mujeres en todas las áreas STEM.





La Universidad Complutense se ha unido, un año más, a la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con una serie de actividades como una mesa redonda en la Facultad de Veterinaria, un concurso de relatos de la Facultad de Ciencias Físicas, un concurso sobre mujeres matemáticas de la Facultad de Ciencias Matemáticas, un homenaje a las investigadoras veteranas de la Facultad de Ciencias Biológicas, una exposición en la Facultad de Educación, un encuentro on line en la Facultad de Ciencias Geológicas, la lectura dramatizada de un coloquio de Erasmo en la Facultad de Filología o el acto en homenaje a tres investigadoras de la escuela de Ramón y Cajal, organizado por la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación Complutense (UCC+i).

Margarita San Andrésvicerrectora de Investigación y Transferencia, asegura que todos estos actos sirven para impulsar y poner de relieve la participación de la mujer en el ámbito científico en todas las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Recordó que la situación actual no tiene nada que ver con la que vivieron aquellas pioneras que investigaron junto a Santiago Ramón y Cajal, ya que “la incorporación de la mujer cada vez es mayor”, aunque es cierto que todavía falta por visibilizar a muchas de las científicas que la Historia ha intentado relegar al olvido.

De hecho, esa ausencia de mujeres es lo que motivó el trabajo de investigación que ha desvelado a las tres neurocientíficas que trabajaron en el contexto de la escuela neurohistológica de Ramón y CajalElena Giné, de la sección departamental de Biología Celular de la Facultad de Medicina, cuenta que cuando desarrollaron las Jornadas Cajal vieron que siempre aparecían fotos de varones ilustres, pero nunca salían mujeres. Ante esa desaparición de las mujeres Fernando de Castro, del Instituto Cajal retó a Giné y a sus compañeras, Carmen Martínez y Carmen Sanz, a investigar si hubo investigadoras en el entorno de Ramón y Cajal.

 

Las profesoras complutenses se pasaron un año y medio buscando documentación y dieron con una lista que había elaborado el propio Cajal con las personas que estaban en su escuela en el año 1922, de ellas 27 eran hombres y dos mujeresLaura Forster y Manuela Serra. La primera de ellas, de origen australiano, colaboró con Cajal durante ocho meses, de hecho fue el Premio Nobel quien le sugirió que enfocase su investigación al estudio de la degeneración de las fibras nerviosas tras una lesión traumática de la médula espinal en aves. Ese trabajo está publicado en castellano y Cajal lo citó en varias de sus publicaciones.

 

La segunda de las mujeres destacadas, de acuerdo con Giné, es Manuela Serra, quien comenzó a trabajar con 17 años en el laboratorio de Ramón y Cajal, donde se encargó de elaborar preparaciones histológicas, pero también algunos dibujos y otras tareas. El propio Premio Nobel ayudó a que Serra publicase un artículo científico, que ella firmó en solitario, sobre las fibrillas intracelulares de células ependimarias y astrocitos en la médula espinal de la rana. Ante el talento de Serra, Cajal le ofreció a su madre costear sus estudios de Medicina, pero se declinó la oferta, y tras unos años en el laboratorio, en 1927 dejó el trabajo tras casarse.

 

Las investigadoras complutenses han rastreado también a otra mujer, María Soledad Ruiz-Capillas, quien no llegó a trabajar directamente con Cajal, pero sí con sus colaboradores más cercanos del Laboratorio de Fisiología Experimental. El currículo de Ruiz-Capillas presenta un increíble expediente académico como el número uno entre los aspirantes al puesto de alumno interno del Hospital de Beneficencia Provincial de Madrid. Se convirtió en la primera mujer médica que dirigió un balneario y entre sus principales estudios estuvieron los relacionados con los problemas del sueño, provocados por alteraciones en los centros diencefálicos. Tras la guerra civil se trasladó a Palma de Mallorca y ejerció como dentista.

Carmen Sanz informa de que información más detallada se puede encontrar en una exposición virtual que ha montado la UCC+i y que busca animar a todas las niñas y mujeres a embarcarse en el mundo de la ciencia. Añadió el rector Joaquín Goyache que “la ciencia y la igualdad de género son esenciales para conseguir los Objetos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, y que nuestra Universidad debería ser “un paraíso de la igualdad, aunque sigue existiendo el techo de cristal y hay que seguir haciendo políticas activas para luchar por esa igualdad”.

Goyache reconoce que conseguir esa igualdad en oportunidades y derechos es uno de los compromisos de la UCM, aunque es una lucha que hay que empezar mucho antes, en la sociedad y en el entorno educativo preuniversitario donde ya se deberían fomentar las vocaciones científicas.

Concluyó el rector animando a visitar la web No More Matildas, creada en honor a Matilda Joslyn Gage, la primera activista en denunciar que” se han ignorado, de manera sistemática, los hallazgos de brillantes científicas a lo largo de la historia”.

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