El miércoles 6, dentro de las actividades de la Semana Complutense por la Alimentación Saludable y Sostenible, se ha instalado, en la explanada del edificio de Estudiantes, Mercampus, un mercado de productores agroecológicos y de proximidad en el marco del proyecto europeo Food Wave. Jorge Gómez, vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad de la UCM, asegura que iniciativas de este tipo “abren una puerta a la esperanza contra la emergencia climática”, concienciando a la comunidad universitaria sobre la importancia que tiene revisar el ecosistema económico en el que vivimos y poner el acento en una alimentación más sana, sostenible y responsable.
El mercado ha contado con stands de productores, de instituciones como el Ayuntamiento de Madrid, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural y Alimentario (IMIDRA) y Madrid Salud, así como un stand de la Unidad de campus y Medioambiente del vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad.
Durante el mercado ha habido talleres de todo tipo, como los que han enseñado a hacer una tosta de queso de cabra, pesto rojo y albahaca, que luego han podido degustar los asistentes; exposiciones sobre la importancia de la agroecología y de la alimentación saludable en las cafeterías universitarias; una visita al huerto Complutense HuertaAula de Cantarranas; una yincana, o una degustación de vinos y quesos. Jesús Montero, responsable de la Unidad de Campus y Medioambiente, informa de que, además, en la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología, estudiantes de bachillerato y formación profesional de varios institutos madrileños, en compañía de sus profesores, realizan un taller de embajadores de Food Wave.
El vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad, Jorge Gómez Sanz, recuerda que ya en noviembre hubo una colaboración con el proyecto europeo Food Wave, cuando plantaron un huerto junto al metro de Ciudad Universitaria, con varias hortalizas y que “también fue una experiencia muy interesante, es un proyecto del que nos encanta y del que sólo están saliendo cosas buenas”. De acuerdo con el vicerrector, este proyecto, que cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Madrid, se inscribe en el contexto del Pacto de Milán, “por una alimentación más sostenible, más justa para los productores y adecuada para que las ciudades no sean centros de consumo sin más, sino que sean responsables y contribuyan en la lucha por la emergencia climática”.
Mientras los visitantes degustan (y algunos también compran) todo tipo de productos de cercanías, desde verduras ecológicas a quesos y aceites, Gómez Sanz reconoce que es una gran idea acercar las plantaciones a la ciudad y hacer participes a la ciudadanía de algunos sabores olvidados. Por ejemplo, “¿cuánta gente hoy en día ha comido un guisante cogido directamente de una mata? Poquísimos, y es una pena porque se pierde la maravilla de coger esa vaina, apretarla entre los dedos, sentir cómo cruje y tomar esos guisantes que están tan dulces que queman, esa es una experiencia absoluta. O garbanzos de una mata, que se pueden comer verdes, se pelan y están buenísimos, aunque sin comer demasiados, que sientan mal. Dicen muchas veces que los objetivos en la vida son escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol, pero con que plantes unas zanahorias también vale”.
Le gustaría al vicerrector que todos tuviéramos una parcelita de terreno disponible, de un metro por dos, y cultivar de forma simple. Unas zanahorias crecen con nada, o el perejil, la hierbabuena, “eso no cuesta mucho y todo ese producto fresco ayuda a concienciar tanto sobre la alimentación como sobre lo dura que es la profesión del agricultor, y hacer un mercado como este ayuda a saltar esa brecha que hay entre la ciudad y el campo, y eso es algo importante”, recalca Jorge Gómez.
En el mercado también se enseña a reciclar correctamente los productos orgánicos, a cómo crear compost a partir de esos residuos o a participar en la iniciativa Walking People, de Madrid Salud, para que tengamos una vida más sana. Rosa María de la Fuente, vicerrectora de Estudiantes, asegura que “los estudiantes son el colectivo que más demanda que tengamos en cuenta todo lo que tiene que ver con la alimentación sostenible”. Por eso, desde el vicerrectorado se congratulan de que este mercado esté instalado precisamente en la explanada de Estudiantes, porque “ellos son los que están más concienciados con los ODS, con su propia alimentación y con la lucha contra el cambio climático”. Además, aquí tienen la opción de ver que “existe otra manera de entender la producción y el consumo”.
Avanza la vicerrectora que se está pensado “hacer otras acciones que tengan que ver con el consumo de ropa sostenible, el intercambio, el reciclaje, la economía circular, lo que les afecta más directamente y sobre lo que ellos tienen más margen de cambio”.
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