miércoles, 14 de abril de 2021

Idiomas Complutense: una visión comunicativa en la enseñanza de lenguas

 Quien no estudia hoy en día una lengua extranjera con el sello propio de la UCM es porque no quiere. Al menos así podría deducirse tanto por la oferta académica, la garantía del profesorado cualificado y las ayudas económicas a las que puede acogerse el alumnado en Idiomas Complutense, el centro especializado que gestiona la Fundación General de la UCM y que desde hace varias décadas se encarga de la enseñanza en este terreno dentro del ámbito Complutense. Se trata de unos cursos por cuyas aulas pasan más de 6.000 estudiantes cada año y que, como aclara la directora del centro, Carmen Maíz Arévalo, “están abiertos a cualquier persona mayor de 16 años,  aunque los alumnos de la Complutense tienen más descuentos en el importe de la matrícula y además están reconocidos con hasta 4 créditos ECTS”.   

Alemán, francés, japonés, italiano, chino, coreano, árabe, ruso y, por supuesto, inglés, son en la actualidad los cursos más solicitados de la oferta formativa de Idiomas Complutense, que puede llegar a estar compuesta hasta por 32 lenguas, algunas  con tan pocas posibilidades de estudio en otros centros como finés, hindi, swahili, hebreo moderno, turco o yiddish, pasando por las europeas búlgaro, checo, danés, eslovaco, griego moderno, húngaro, neerlandés, noruego, polaco, portugués, rumano, serbio, sueco o croata, además de gallego, euskera, catalán o la lengua de signos española.

 

Carmen Maíz, que es profesora del Departamento de Estudios Ingleses de la Facultad de Filología, está convencida de que gran parte del éxito de estos cursos que se da entre el alumnado radica en la “altísima” calidad de la docencia, porque “el profesorado apuesta por una visión comunicativa de la enseñanza del idioma, las clases son muy dinámicas y se practican todas las destrezas, no solo la gramática o el vocabulario”. La profesora Maíz Arévalo lo afirma con conocimiento de primera mano, ya que ha sido alumna del centro estudiando dos idiomas distintos: “El italiano lo hablo prácticamente y en alemán estoy en un nivel más bajo, pero en cuatro cuatrimestres he cogido mucha soltura desde la nada gracias a esta didáctica tan comunicativa que utilizan los profesores”.

 

Cursos online

No obstante, Idiomas Complutense tampoco ha podido esquivar todas las dificultades que genera en el terreno educativo la pandemia originada por la COVID-19, y ha tenido que adaptar sus métodos de enseñanza desde una dinámica presencial a las clases en línea. “El paso fue brusco, de un día para otro –explica Carmen Maíz-, un martes se suspenden las clases y el sábado se estaban ya impartiendo los cursos online”. El proceso ha requerido de mucho esfuerzo por parte de todos pero especialmente de los docentes, a los que la directora está “muy agradecida” porque “han puesto muchísimo de su parte y la adaptación habría sido imposible si no se hubieran involucrado tanto”.

 

En este sentido el cambio tampoco ha supuesto un trauma excesivo para los alumnos de los cursos de Idiomas Complutense, ya que aunque en algunos casos sean partidarios de la enseñanza presencial, “la gran mayoría la prefiere de forma online porque no se tienen que desplazar y se encuentran más cómodos asistiendo a clase desde sus casas”, afirma la profesora Maíz Arévalo.  

 

Tanto es así que la idea de los responsables del centro es, una vez que finalicen por completo las restricciones actuales derivadas de la pandemia, volver a los cursos presenciales pero mantener una parte de la programación de forma online. Además, ahora el centro cuenta incluso con bastante alumnado del exterior, personas de Latinoamérica o Estados Unidos interesadas en el aprendizaje de diversos idiomas, que además de las facilidades que les supone este método encuentran unos precios de inscripción muy competitivos y una oferta amplia y de probada calidad.

 

Para todo ello, además de un cualificado equipo gestor, la Fundación General e Idiomas Complutense cuentan con un prestigioso elenco docente compuesto por 45 profesores, nativos y españoles, todos ellos acreditados en la enseñanza de las diversas lenguas que se imparten y unidos por un denominador común: la vocación de enseñar.

 

Enseñanza vocacional

Es el caso de Mi Gang Chung, profesora de Lengua y Litaratura coreanas de la Facultad de Filología, que imparte clase a 50 estudiantes, en su mayoría españoles. Chung afirma que sus alumnos se acercan a la lengua coreana por motivos personales pero también profesionales, ya que además de su interés por el idioma y la cultura coreanas, “algunos quieren trabajar como intérpretes o continuar con sus estudios especializados en Corea, o convertirse en especialistas en un sector concreto”.

 

Además, para la profesora coreana esta lengua resulta muy atractiva porque es eminentemente fonética y tiene solo 40 caracteres, mientras que en la lengua china hay que memorizar al menos 3.000 ideogramas o en la japonesa, 5.000. “Debido a las características del trabajo –apunta la docente- dedicamos mucho tiempo detrás de las clases, pero nos complace cuando los alumnos logran aprender un idioma que no tiene nada que ver con su lengua materna”.

 

En el caso del aprendizaje de la lengua árabe, según la profesora española Marta Amador López, los estudiantes acceden del mismo modo a estos cursos atraídos por intereses académicos pero también por motivos laborales, sobre todo los alumnos relacionados con las Ciencias Políticas o el Trabajo Social, aunque igualmente muchos de ellos optan por esta lengua seducidos por la cultura árabe. “Desde un punto de vista pragmático, la lengua árabe es interesante para cualquier persona porque es una de las más habladas en todo el mundo, y además es una de las cinco lenguas oficiales de las Naciones Unidas”, destaca Marta Amador, que imparte clase en sus grupos a un mínimo de siete y un máximo de quince alumnos.

 

Asimismo, como el resto de docentes del centro consultados por Tribuna Complutense, la profesora Amador considera que la suya es una actividad vocacional. “Llevo toda mi vida dedicada al estudio y la enseñanza de lenguas. Estudié Filología Árabe en la UCM y al finalizar me fui a Egipto. Estuve viviendo durante casi dos décadas en diferentes países árabes donde, además de profundizar en las lenguas y culturas árabes, me forjé una carrera profesional como profesora de español para extranjeros”, comenta la educadora, que también es profesora en excedencia del Instituto Cervantes.

 

Por su parte, Svieta Maliavina, nacida en Moscú pero con nacionalidad española, se encarga de los cursos de lengua rusa que se imparten a lo largo del año, un idioma que dominan 145 millones de personas y que es por tanto el más hablado de Europa. La profesora Maliavina considera que el interés que despierta su lengua nativa radica en que  actualmente Rusia es uno de los principales actores de la política internacional; es un país con una historia y literatura “apasionantes” y aprender ruso “constituye una oportunidad real para conseguir el éxito profesional y laboral”.

 

De igual modo la profesora reconoce que pese al creciente interés por su país de origen no son muchas las personas que se atreven a adentrarse en la lengua rusa, tal vez por el temor a su alfabeto aunque “el cirílico se enseña y se aprende en una clase”, afirma Maliavina, que suele contar en sus grupos de estudio con una quincena de alumnos. “El principal atractivo del estudio del ruso en este centro es el método que utilizamos para su enseñanza –apostilla la profesora- dado que su principal objetivo es ir introduciendo al alumno en el idioma, potenciando su interés y su estudio y, al mismo tiempo, convirtiendo el proceso educativo en un apasionante descubrimiento de la cultura rusa”.

 

Si en el caso del estudio del ruso, parte del interés se establece en el amplio abanico de posibilidades laborales y de negocio que se vislumbra al traspasar la frontera del idioma, introducirse en las particularidades de la lengua china tal vez multiplique las posibilidades en este sentido, debido a las oportunidades que pueden presentarse tras dominar o al menos defenderse en el idioma más hablado del mundo.

 

Para la profesora de chino, Ning Dong Yang, que también suele trabajar con grupos no superiores a quince alumnos, se trata de un idioma muy diferente pero estudiarlo a fondo, como ocurre con cualquiera de los que  se imparten en el centro,  puede llegar a ser incluso más importante para el futuro profesional del alumno que otras materias. “Además del idioma, los alumnos aprenden también una forma diferente de pensar”, afirma la docente, quién no está viendo como una mala experiencia el paso obligado de las clases presenciales a las que se desarrollan en línea, porque los estudiantes “han mejorado incluso la habilidad auditiva y la comunicación oral”.  

 

Otras actividades

La última convocatoria del centro hasta el momento ha sido la de los cursos del segundo cuatrimestre, que han obtenido un notable éxito de matrícula debido entre otras cuestiones a las becas para el alumnado del Banco Santander, y que ya se desarrollan a pleno rendimiento. La próxima cita será con los cursos intensivos de verano, que durante dos o tres semanas del mes de julio se centran en la inmersión de los alumnos en cada idioma programado, y cuyo periodo de inscripción suele abrirse durante el mes de junio, aunque cualquier persona interesada en el aprendizaje o mejora de un idioma puede encontrar toda la información al respecto en idiomascomplutense.es.

 

En todo caso, la tarea de Idiomas Complutense no se detiene en los cursos generales que imparte con diversa carga lectiva a lo largo del año. Desde el centro se desarrollan también otras actividades como los cursos de preparación para los exámenes de acreditación CertAcles, los oficiales de Cambridge, TOEFL, IELTS, NŌKEN (japonés) y TOPIK (coreano), así como los cursos específicos de conversación, traducción, fines académicos, fines jurídicos o inglés de los negocios.

 

Además, Idiomas Complutense desarrolla cursos a medida para alumnos de diversas facultades, personal de la UCM, empresas internacionales o educadores de la Comunidad de Madrid para su adaptación a la enseñanza bilingüe, así como los exámenes Erasmus por los que el pasado año 2020 pasaron cerca de 1.800 alumnos.


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